Emprendedores vs frustrados… “que mala que es la envidia”

23 octubre, 2011 a las 20:55 | Publicado en Uncategorized | 10 comentarios
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Son cosas diferentes las que mueven a un emprendedor y las que mueven a una persona resignada y frustrada por el paso infructífero de los años, creo que pocos discreparán conmigo en ese sentido. Durante toda mi vida he sido testigo en incontables ocasiones de muchas de las caras que la envidia o la impotencia dibujan en el rostro de quienes se saben incapaces. Sin embargo, no consigo resignarme a que este tipo de actitudes queden impunes, no es justo, no es de recibo, simplemente, es sucio, triste, digno de lastima y porque no decirlo, carente de vergüenza completamente.

Particularmente me alegro muchísimo por el éxito de las personas, me encanta ver y estar cerca cuando alguien que trabaja muy duro, consigue avanzar y diferenciarse, y más cuando esa persona es en muchas ocasiones menospreciada, ninguneada, o quizás incluso ignorada. Me encanta ver la cara de “y parecía tonto cuando lo compramos”, sencillamente me fascina.

Los emprendedores son, cuando lo son, personas de altísimo valor y a quienes se debe respetar, siempre lo digo, ya simplemente por el hecho de tener “lo que hay que tener” para lanzarse a la caza de un sueño, merecen respeto, ya no digo ayudas, ya no digo apoyo, ya no digo nada de eso, simplemente digo, respeto.

Un factor común entre los emprendedores de verdad, es el siguiente: son gente joven por lo general, y suelen tener hambre por lanzarse al ruedo, por tener aventuras de tipo empresarial, de tipo profesional, por seguir buscando su “premio dorado”, por diferenciarse del resto, por ser mejor, por crecer, en fin, por labrarse un futuro que sea diferente a lo que cada uno tiene por “no exitoso”, no les importa trabajar 24 horas al día, 7 días a la semana, les da igual la hora, el día, el momento, el lugar, ellos están siempre dispuestos a “hacer cositas”, a moverse, a sacrificarse, a entregar el 100% en pos de sus objetivos, siempre. Son gente que no sabe bajar los brazos, que no se rinde, que no tiene cara de “joder, que tostón”, que no sabe (y les da igual) de vacaciones, festivos, findes, puentes y demás “tonterías” que realmente no son más que un estorbo para su actividad o para poder movilizar más y más cosas, gente que se desespera por encontrar un cargador para el móvil, gente que lleva 2 baterías, gente que antes deja de comer con tal de contestar a un posible cliente, gente que les llames a la hora que les llames, te van a contestar el móvil, gente que cuando le das UNA oportunidad, se parten el alma por demostrar de que están hechos, en fin, gente que esta hecha de otra pasta.

No cualquiera puede ser emprendedor, intentarlo si, serlo no, por mucho que se les fuerce como una salida a la situación actual, por mucho que se les ofrezca dinero, ayuda, o incluso espacios, equipamiento, becas, viajes, etc., sino cumplen con todo lo anterior, todo lo que se les facilite será solo para pasar el día, el mes, el año, y más antes que después, terminaran quejándose porque “el sistema” no les ayuda, porque “no hay nada que rascar”, porque aquí “no hay apoyo”, etc.

Esta semana he sido testigo de cómo algunos personajes frustrados y muy acomodados en sus “contratos fijos”, se han desesperado e intentado torpedear a uno de mis más grandes amigos, sin justificación, amparados en cláusulas que aplican solo en un mundo sectario y haciendo gala de su incapacidad para valorar lo que son incapaces de conseguir por si mismos. Señores, quedaros tranquilos, sed felices, disfrutad de vuestra estabilidad (al menos durante el tiempo que os dure), es comprensible y justificable que cualquier persona que os pueda hacer ver que no habéis hecho nada con vuestras vidas (y que ya no estáis a tiempo, no os engañéis), os resulte molesto, lo entiendo, es natural… pero no os preocupéis, el status quo en el que vivís se mantendrá tal cual, tranquilos, y sinceramente os agradeceré en el alma el aporte que hacéis a mi empresa, porque este “fuera de serie” ya lleva mucho tiempo ahí desperdiciado, y a mi me hace falta.

No es un pecado el no tener ambiciones de empresario, no es un fallo no ser o no querer ser un emprendedor, para nada… de hecho, es muy encomiable la labor que los empleados ejercen por las empresas, yo mismo lo he sido la mayor parte de mi vida laboral y siempre he querido aportar más de lo que mi empresa de turno estaba dispuesta a hacer… ya sea porque no lo entendían, porque no lo querían entender, porque simbolizaba mucho trabajo, porque más fácil es seguir como estas, porque tienes encima al típico jefesaurio o porque simplemente tienes, y esto tampoco es pecado, una visión más amplia que el resto de compañeros, es natural… no a todos les gusta pasarlo mal y sacrificarse de manera extrema, para nadie es un secreto que se vive mejor con un buen sueldo, un contrato fijo, vacaciones y demás, es respetable al 100% ese estilo, esa opción, pero para quienes no tenemos esa vena, es más desesperante la seguridad y la estabilidad, que la misma crisis o la posibilidad de vernos un día “sin nada” más que nuestro talento, sencillamente es así.

El problema no radica en ser o no ser emprendedor, el problema, el motivo de este post, radica en aquellos individuos que no están contentos con su trabajo, que les incomodan los que saben, porque lo saben, que llegarán más lejos que ellos y que no hay manera de detenerles, y que por ello, lo único que quieren es entorpecer el camino, causar fastidio, acosar, fastidiar, incomodar, trasladar sus frustraciones y canjearlas por ese segundo en el que con satisfacción llegan a sentir “le estoy jodiendo, yo soy el jefe”.

Señores, incluso la empresa para la que hoy no sois más que “parte del inventario”, se formó por el tesón de uno, dos, tres, o “n” emprendedores, gente con valores diferentes, gente que tiene otro nivel, gente como ya he dicho, de otra pasta. Así que por favor, ¡un poco de respeto!.

Si tienes un “empleado” que despunta, que destaca, que tiene más inquietudes, que es mejor que el resto, poténcialo, no le pongas zancadillas, apóyale, que lo mismo y mañana puede ser la solución a tus problemas, el que le de a tu empresa ese “halo” de profesionalidad, de diferencia, aquel que de una sola llamada te pueda conseguir lo que te hace falta para no “reventar”. Ahora bien, si este talento es parte de una empresa colaboradora, aprovecha el tiron, no busques situaciones absurdas, que mañana puedes estar enviado el CV y querrás respeto para tu persona.

Por mi parte, no tengo más que agregar a este post, creo que he dejado claro mi punto de vista y al final, la actitud hace la diferencia, esta claro.

Ala, el que puede, puede, y el que no, aplaude!…ahora os quiero ver, valientes!

10 comentarios »

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  1. Querido JuanMa cuanta razón. Es urgentísimo que recuperemos valores como el esfuerzo, el reconocimiento del trabajo bien hecho, de no conformarse con nada, de tener inquietudes salomónicas. De hacer sociedades mejores, personas mejores a través del mejor trabajo profesional. La ética de trabajar mucho y bien para ser mejor. Estoy contigo en tu análisis.

    • Pues si, la verdad es que es exageradamente urgente. Al final lo que se está fomentando es una gran masa de apalancados y de gente que vive esperando que le dejen caer algo en la mano, a cambio por supuesto, de nada más que su linda cara… estamos fatal!

  2. Muy bueno el post JuanMa.
    Yo solo quiero añadir una reflexión al hilo del post:

    Que a nadie.., absolutamente a nadie,
    se le ocurra juzgar a los que se esfuerzan y fracasan,
    sino a los que fracasan sin esforzarse.
    (de estos, a montones…
    ..» y que malos son los juicios sin esfuerzos y sin esas experiencias»

    Un abrazo.

    • Como siempre digo, es muy facil criticar desde la comodidad de «no hacer nada»… para mi es más valioso uno que se equivoca 100 veces, que uno que nunca lo ha hecho… basicamente porque el otro tendrá más cosas que aportar frente al que solo sabe mirar por encima del hombre con aire de superioridad… ahora bien, no me refiero a los que hacen mal las cosas 1, 2, 3, y 4 veces porque son pasotas o simplemente «algo vagos», me refiero a quienes de corazón intentan hacer las cosas bien, y que aún asi, cosas de la vida, se dan palos y palos…

  3. has descrito mi vida … aunque ahora este pasando una crisis, luchare y luchare para cambiar esta situacion.
    un fuerte abrazo

    • Es la unica via, Amalio… si tu bajas los brazos, creeme, nadie vendrá y te los levantará, al contrario, es más probable que intentén que ademas bajes la cabeza, el cuello y que directamente sucumbas… sin tu propio esfuerzo, nada sabe igual.

  4. JuanMa. Hace aprox. un mes publiqué lo siguiente en Twitter

    «La estupidez y la envidia tienen algo en común: hace que las personas vean lo que quieren ver y que enjuicien lo que no pueden enjuiciar».

    Es efectivo que la gente que ve a alguien distinto, con potencial o con dominio, con pasión y con entrega, trate de «bajarlo» y de encontrar el fallo para buscar como «evidenciar debilidades». Eso es envidia que se mueve a la par de la estupidez.

    ¿Es parte del ser humano ser belicoso? ¿Por naturaleza? Puede ser, pero solo algunos sabrán entender cómo obtener buenos resultados de dichas experiencias ingratas y contrarias: los líderes.

    • Es el complejo de los que se saben incapacez, Walter, es asi, mucho superduro por ahi suelto que se piensa mejor o superior simplemente por algun tipo de regla jerarquica… todos valemos lo mismo por ser personas, y todos tenemos la oportunidad por igual de demostrar que sabemos hacer mejor o peor…. valemos lo mismo, pero podemos ser más o menos validos, segun para que… y eso no nos hace «más grandes», solo más «expertos»…

  5. Estoy plenamente de acuerdo contigo en todo lo que dices. Es más, con emprendedores así es un gusto ser trabajador… siempre que no piense que su hooby (la empresa) lo tenga que ser el de todos.

    Yo no renuncio a estudiar 7 días a la semana, en utilizar mi tiempo libre en gran medida a ser mejor profesional. Pero en esta vida el que el trabajo sea la única opción vital, compañero, es muy, muy, muy triste.

    Que cierto es el dicho de que si solo trabajas y trabajas nunca vas a tener tiempo para mejorar.

    Y hete que aquí viene el lado oscuro del que no hablas. Del que se lanza a la piscina sin más conocimientos que su propio ímpetu natural y que desprecia a quien le gusta pasar el tiempo con su familia y a tener hobbies que no tienen relación directa con su trabajo: con quien tiene vida.

    Y cuanto emprendedor ignorante que no sabe que lo que importa es lo que se trabaja y no cuanto tiempo se está en la oficina? Y cuanto que en cuanto son tres ya se está poniendo el despacho grande y probando las mieles del ordeno y mando. Y cuantos consideran que no es necesario que los empleados se formen porque se van. O que piensan, en serio, que los trabajadores somos niños malos que hay que tratar a palos para que laboren (siguiendo el dicho de que el ojo del amo al caballo engorda).

    Yo he sido emprendedor. Ahora, soy trabajador y lo que peor llevo es justamente la ignorancia supina de nuestros emprendedores, llenos de empuje e impetú, pero que solo valoran las cosas por el nivel de esfuerzo y sacrificio sin darse cuenta que solamente la calidad de los trabajadores puede hacer una compañía grande.

    Y pagarles…

    • El trabajo no puede ser la única vía, eso esta claro, es lógico… pero en este caso, por ejemplo, viene bien diferenciar las ópticas. Si tu eres el dueño del negocio y pones en el tu esfuerzo, tu capital, tu sudor, tus ilusiones y demás cosas importantes, lo suyo es que se valore todo eso y que no se te vea como un simple «jefe»… la vida tiene diferentes manera de verse, y considero que en este tema existe mucha subjetividad… «no tener vida» se puede interpretar en ambos sentidos de una manera u otra, para unos será el “no poder hacer el vago, no poder gandulear por ahí”, para otros será, el “estar exageradamente ocupado todo el tiempo y no poder disfrutar”. Es subjetivo, y también va en línea con los objetivos de cada uno, con las ambiciones y los planes que te puedas trazar… yo particularmente no ambiciono llegar a los 67 para poder descansar, así que tendré que correr el doble por lo menos, no?… y ese planteamiento, es tan respetable como el de quien quiere jubilarse ya entrado en años, ni mejor, ni peor, igual de respetable.

      Respecto a tratar a la gente a palos, pues tampoco, no? jejeje, jo, creo que no es la vía más apropiada, si un colaborador no te rinde lo que tu necesitas, o no cumple con tus expectativas, pues casi mejor es que siga con su vida profesional en otra empresa, no tienes derecho a tratarlo mal ni a humillarle, pero tampoco tienes la obligación de mantener a quien no te resulta necesario… hablamos de una empresa, no de ayuda humanitaria.

      Esto también pasa porque rara vez se le dice al colaborador «mira, esta empresa tiene estos objetivos, son extremadamente duros pero si tu estas dispuesto a trabajar en esa línea, el puesto es tuyo»… porque seguramente la mayoría de plazas quedarían desiertas =) no se, del mismo modo muchas empresas se preocupan por ser más atractivas para algunos empleados, con tardes libres, actividades de confraternidad, con acciones tipo “american way of life”… pero luego por lo general, esas empresas parece que te pusieran ese «buen ambiente» en la nomina, porque mientras más «american rollito», menos sueldo 🙂 o más opresión en algunos estratos de la empresa… “aquí todos somos una gran familia, por eso tu te quedarás hasta las 11pm todos los días, para demostrar tu implicación y lo mucho que aprecias a esta, tu casa, tu empresa, tu secta”

      No se puede juzgar ninguno de los dos lados sin caer, me parece, en lo subjetivo… si soy el dueño de la empresa, quiero resultados y quiero ganar dinero, para eso es mi negocio, y si al final resulta que soy «medianamente buena persona» la gente se lo pasará bien y disfrutarán de trabajar con nosotros. Ahora bien, si soy empleado, lo mismo (o lo mismo no) me importan 3 pimientos los objetivos de la empresa y con que me domicilien mi nomina puntualita, todos felices… y si el jefe esta estresado, su problema… total, yo hago lo que tengo que hacer y punto.

      No se, son temas muy complejos… yo desde luego no obligo a nadie a seguirme el ritmo… y claro, tampoco se me puede obligar a bajarlo por alguien más… complejo, no?… pues eso.

      El día que deje de gustarme lo que hago, haré otra cosa, lo tengo clarísimo, mientras tanto, disfruto con mi ritmo… y créeme, disfruto muchísimo gracias a Dios.

      Un abrazo. JuanMa.


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