Hablemos de emprendimiento y emprendedores

10 enero, 2012 a las 14:40 | Publicado en Uncategorized | Deja un comentario
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Por dónde empezar cuando todo el mundo te dice “eh, quieto ahí, no te arriesgues”… Es una de las preguntas que en muchas ocasiones ronda mi cabeza: ¿Por dónde empiezo?, ¿Por dónde voy?, ¿Cómo consigo obtener más valor?, ¿Y si me equivoco?, ¿Y si luego tengo que darle la razón a los que me dicen, no lo hagas?… Qué difícil situación, qué momentos de “agobio”, esos instantes que se sitúan entre una gran idea y un montón de argumentos para no echarla a andar.  Está claro, y esto lo sabemos todos; la mejor manera para no equivocarse es no hacer nada. Hombre, muy animal hay que ser para cometer errores en cosas donde ni siquiera intervienes, no? jejeje

No sé si lo sabéis, pero las mejores ideas se generan entre risas y conversaciones que no tienen mayor relevancia. Particularmente no recuerdo ninguna idea, buena, que se me haya ocurrido sentado en mi despacho, con la calculadora en una mano y el Financial Times en la otra, sencillamente no lo recuerdo. Aunque también es verdad que leo el FT en la web, y que utilizo la calculadora del móvil, pero vamos; que no me ha venido a la mente ninguna idea buena en medio de estas condiciones.

Por el contrario, normalmente, y creo que más de uno me dará la razón; se me han ocurrido en condiciones de necesidad y de creatividad forzada. Cuando estás en esa encrucijada de “o hago algo nuevo, o me condeno a ser como los demás”  No sé, hay gente que es creativa y luego habemos algunos que tenemos creatividad para las cosas.

Particularmente me muevo en entornos muy complejos y muy ricos en diversidad, lo mismo te hablo con un catalán, que con un andaluz, que con un extremeño, un limeño (peruano), un chileno, y mira tú; también con colombianos, mexicanos y últimamente con panameños…Todo esto, además de aportarme valores diferentes y en ocasiones parecidos  a los míos, me permite contemplar la capacidad que tienen las personas que no viven en “países desarrollados”. Muy lejano a lo que muchos (subnormales) piensan, no viven en los árboles ni se alimentan en base a la recolección, todo lo contrario; son gente muy trabajadora y con muchas ganas de comerse el mundo, aunque lastimosamente, en muchas ocasiones el mundo se los ha comido a ellos y les cuesta muchísimo salir adelante.

Es verdad que el vivir en Europa, aunque sea en España, influye fuertemente en la mentalidad de los jóvenes,  quienes son los que pueden emprender realmente y cambiar el mundo, muchos jóvenes viven pensando en que alguien más les solucione la vida y que todo sea lo más sencillo posible, vamos, que el esfuerzo sea el  justito, el mínimo, que no nos ensuciemos, que no nos remanguemos, que no, que no, que no… pero luego quieren ser empresarios, o como ahora nos llaman, emprendedores.

En países y sociedades donde las cosas no son tan “desarrolladas” como en España, la gente que tiene una buena idea, tiene que sufrir verdaderas odiseas para ponerla en marcha, desde tremendísimas tasas de interés (he visto hasta 120%), hasta funcionarios exageradamente corruptos que te piden hasta lo que no está escrito con tal de complicarte las cosas, y que tú te veas forzado a “colaborar” para que te las “agilicen”, para posteriormente vivir con el tormento de que te visite Hacienda o el organismo correspondiente a los tributos, donde SI o SI te han de multar por lo que sea, donde SI o SI vas a tener que pagar algún “favor” al inspector… Sin duda, situaciones que aquí en España no vemos, al menos no a dicho nivel.

Si nos ponemos a pensar en lo sencillo que es emprender nuestras ideas en España, frente a lo complejo que puede resultar en otros sitios, llegaremos rápido a la pregunta: ¿y por qué no hay más emprendedores? Yo creo que la respuesta es simple: “hay exceso de comodidad, exceso de pesimismo, exceso de ayudas y exceso de conformismo”. Hablaba el otro día con un chaval que quería ser emprendedor y no sabía por dónde empezar, éste me decía:

“…JuanMa, pero es que el problema es que no tengo dinero, no tengo capital, necesito un despacho, amueblarlo, contratar una secretaria, una BlackBerry, algunos trajes, hacer tarjetas, papelería, publicar algún anuncio para hacerme conocido…y eso, eso SOLO PARA EMPEZAR!!!”

Hombre, yo con todo el cariño del mundo (aunque lo primero que me vino a la mente fue meterle un par de hostias), le dije y le expliqué lo terriblemente equivocado que estaba, eso no es así, le dije:

La realidad de las cosas es que lo primero que necesitas es quitarte ese complejo de “gran empresario” que te han metido en la cabeza, ya que para empezar a serlo, no te hace falta ni tan siquiera la corbata. Nos han diseñado y programado desde muy pequeños para pensar que los grandes empresarios son tipos inalcanzables, con trajes carísimos, con maletines de cuero, chófer, despachos en la última planta de algún rascacielos y que van por el mundo comprando y vendiendo acciones al mismo ritmo que beben cafés del Starbucks mientras caminan por la Quinta Avenida… Y bueno, aunque sea posible que algunos de verdad existan (o quizás muchos, no lo sé), la realidad es que el empresario que hace que el mundo se mueva, el que permite que la gente coma y el que dinamiza los mercados, es más bien gente con menos parafernalia de la que te piensas.

Hace no más de 3 meses, me encontraba yo caminando por la Quinta Avenida con un frappuccino del Starbucks en la mano y mi Smartphone en la otra, mientras hablaba con alguien en Perú para que me imprimiera 1000 camisetas de cara a un evento que realizaría a finales de año en dicho país, y al que asistiría tras volver a España.  Sí, tres husos horarios distintos, negocios internacionales, viajes, Starbucks, Quinta Avenida, Smartphone, uff!!! Lo mismo y estoy desayunando en Madrid, comiendo en Sevilla y cenando en Málaga, y todo en el mismo día, o desayuno en Málaga, como en Madrid y ceno en un avión mientras cruzo el Atlántico, para luego desayunar  en otro país, mientras mi cuerpo debería estar durmiendo. Y esa es la realidad de las cosas, pero yo simplemente estoy trabajando y haciendo lo que más me gusta, así que no considero que por ello tenga que tener algún trato especial ni nada en particular, salvo el respeto que todos merecemos, no? A lo mejor alguno empieza a alucinar, pero como siempre le digo a mi gente: «Tú preséntame como quieras, pero yo soy JuanMa, nada más»

Pues bien, ahí es donde radica el principal problema para los emprendedores, los nuevos, los viejos y los que aspiran a serlo. Muchos se creen “alguien” en cuanto reciben su primer correo por BlackBerry, por eso no me gustan y siempre lo digo: Siento que las BlackBerry no son para emprendedores ni empresarios, son para empleados a los que se les quiere hacer sentir “importantes”… jejejeje, “ahora tengo BlackBerry”, “me dieron una BlackBerry”, “…enviado desde mi BlackBerry de Vodafone” jajajajajaja… que sí, que tienes BlackBerry, YYYYY??? =)…el tambien tiene una:

Entonces, muchos emprendedores en cuanto han emitido su primera factura, se confunden y posicionan su mente en la pose del “empresario”, ya no me remango, ya no tengo que sudar, ya no tengo que trabajar, necesito becarios (subvencionados, mejor aun), yo soy el jefeeeeeeeeeeeeeee!!! Y es ahí donde empiezan los problemas, es ahí donde empiezas a perder el rumbo, donde ya no eres creativo, donde ya no piensas en nada más que en “que grande soy, esto lo monté yo solito” Y en ese momento, murió el emprendedor y nació un jefesaurio, un empresaurio, un “cosa” que si tiene que enfrentarse a una poderosa crisis (como la actual), no sabrá ni tendrá herramientas para salir de ahí, no podrá afrontarla, ni sabrá cómo superar sus problemas  ¿Por qué?  Porque está más preocupado de no perder su “estatus” que de seguir moviéndose como emprendedor.

¿Por dónde empiezo?, pues yo creo que lo primero es mentalizarse frente a una realidad aplastante, el emprendedor de verdad es una persona que está destinada a trabajar muchisisisisisisisisimo más que cualquier empleado, es un personaje dispuesto a dejarse la piel por conseguir avanzar dentro de sus ideales y que antepone el esfuerzo y el sacrificio, frente a la comodidad y el conformismo. Normalmente, muchos le tildarán de “loco, exagerado, sin vida, etc, etc”, pero esos muchos seguirán trabajando para alguien más, mientras el emprendedor consigue dejar huella en los demás, en el mercado, en la gente, en diferentes sitios y circunstancias. Lo más sencillo es hacerle caso a la gente que con sus consejos valida tus propios miedos: “No lo hagas, puedes fracasar”, eso es lo más sencillo, hombre; todo lo que uno hace en este mundo tiene dos resultados posibles: “salir como uno quiere” o “no salir como uno quería”, no hay más; así que SIEMPRE puedes fracasar. No hay negocio 100% seguro, no hay apuesta sin riesgo, no hay proyecto perfecto y no hay socio incondicional, siempre te podrás encontrar en situaciones inesperadas, siempre aparecerán problemas, inconvenientes, tristezas, decepciones, engaños, fracasos… SIEMPRE, pero el emprendedor sabe que hay que seguir, que no puedes parar, que si este proyecto no salió, el siguiente sí lo hará, y si no, el siguiente, y así siempre, porque si fracasas la primera vez, y con eso te basta como “aventura empresarial”; entonces no eres emprendedor ni eres nada, eres simplemente uno más del montón que estuvo probando a ser valiente y que confirmó, es así; que no lo era.

Ser emprendedor es una opción, tan respetable como no serlo, no se es mejor ni peor por serlo o no serlo, simplemente es una opción más, pero como todo, o se es, o no se es, y por lo general el que es emprendedor lo está siendo, no está intentando serlo…

Un amigo mexicano, de Guadalajara; nieto de un riquísimo empresario minero, y reconocido publicista; me dijo una vez: “Ay Juan, cá! La gente se cree que el éxito es una meta, y no es así, la verdad es que es un camino al que algunos pueden llegar, pero muy pocos consiguen permanecer en él” Y tenía razón. Yo pienso que la mejor manera de mantenerse en “el ajo” es apostar constantemente por iniciativas innovadoras, por proyectos nuevos, no quedarse únicamente con una idea, con un negocio, yo particularmente llevo adelante varios proyectos, 7 exactamente; y si uno va mal, el otro va bien, y si uno cae, el otro compensa, y si en uno no hay buena previsión, en los otros sí, es así: “No pongas todos los huevos en la misma cesta”.

Ahora, ya que hablamos de emprendimiento, os contaré que junto a un grupo de buenos compañeros y con el respaldo de empresas de primer nivel (que anunciaremos en breve), hemos puesto en marcha una iniciativa que nos traerá grandes alegrías y una buena plataforma a todos los que sentimos una gran devoción por la innovación y el emprendimiento. A esta nueva iniciativa la hemos denominado: Instituto Internacional para la Innovación y el Emprendimiento, “el IN3E”; cuyo fin primordial consiste en contribuir de manera activa a la difusión, divulgación y desarrollo de la innovación y las actividades emprendedoras por toda España y Latinoamérica, contribuyendo de forma activa a la mejora del mercado, la sociedad y la economía, respecto a la I+D y al emprendimiento. Ahi una fotito de la directiva:

Os cuento que estas actividades, ya en marcha en Sevilla; nos han llevado a movilizarnos hacia Latinoamérica donde inicialmente haremos algunos movimientos estratégicos en Perú, país donde ya hemos puesto “un pie” y donde en breve iniciaremos un conjunto de actividades bastante llamativas, junto con otras iniciativas privadas que personalmente tengo en marcha en dicho país.

El Instituto nace con la misión de llevar a cabo diversas experiencias revolucionarias para acelerar el proceso de emprendimiento innovador, que van a suponer un punto de inflexión en el modo de estimular el tejido económico y de apoyar y acelerar las iniciativas empresariales, con un proyecto estrella apoyado por patrocinadores de primer nivel, inversores y colaboradores orientado a facilitar el diseño, la producción y la puesta en marcha de iniciativas empresariales bajo un entorno abierto, colaborativo y vivencial, en un tiempo limitado, y que situará a toda ciudad donde se realice como un referente internacional en Innovación y Emprendimiento.

Os gusta? Pues no veas si me gusta a mí! =)

Seguimos!!

Emprendedores vs frustrados… “que mala que es la envidia”

23 octubre, 2011 a las 20:55 | Publicado en Uncategorized | 10 comentarios
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Son cosas diferentes las que mueven a un emprendedor y las que mueven a una persona resignada y frustrada por el paso infructífero de los años, creo que pocos discreparán conmigo en ese sentido. Durante toda mi vida he sido testigo en incontables ocasiones de muchas de las caras que la envidia o la impotencia dibujan en el rostro de quienes se saben incapaces. Sin embargo, no consigo resignarme a que este tipo de actitudes queden impunes, no es justo, no es de recibo, simplemente, es sucio, triste, digno de lastima y porque no decirlo, carente de vergüenza completamente.

Particularmente me alegro muchísimo por el éxito de las personas, me encanta ver y estar cerca cuando alguien que trabaja muy duro, consigue avanzar y diferenciarse, y más cuando esa persona es en muchas ocasiones menospreciada, ninguneada, o quizás incluso ignorada. Me encanta ver la cara de “y parecía tonto cuando lo compramos”, sencillamente me fascina.

Los emprendedores son, cuando lo son, personas de altísimo valor y a quienes se debe respetar, siempre lo digo, ya simplemente por el hecho de tener “lo que hay que tener” para lanzarse a la caza de un sueño, merecen respeto, ya no digo ayudas, ya no digo apoyo, ya no digo nada de eso, simplemente digo, respeto.

Un factor común entre los emprendedores de verdad, es el siguiente: son gente joven por lo general, y suelen tener hambre por lanzarse al ruedo, por tener aventuras de tipo empresarial, de tipo profesional, por seguir buscando su “premio dorado”, por diferenciarse del resto, por ser mejor, por crecer, en fin, por labrarse un futuro que sea diferente a lo que cada uno tiene por “no exitoso”, no les importa trabajar 24 horas al día, 7 días a la semana, les da igual la hora, el día, el momento, el lugar, ellos están siempre dispuestos a “hacer cositas”, a moverse, a sacrificarse, a entregar el 100% en pos de sus objetivos, siempre. Son gente que no sabe bajar los brazos, que no se rinde, que no tiene cara de “joder, que tostón”, que no sabe (y les da igual) de vacaciones, festivos, findes, puentes y demás “tonterías” que realmente no son más que un estorbo para su actividad o para poder movilizar más y más cosas, gente que se desespera por encontrar un cargador para el móvil, gente que lleva 2 baterías, gente que antes deja de comer con tal de contestar a un posible cliente, gente que les llames a la hora que les llames, te van a contestar el móvil, gente que cuando le das UNA oportunidad, se parten el alma por demostrar de que están hechos, en fin, gente que esta hecha de otra pasta.

No cualquiera puede ser emprendedor, intentarlo si, serlo no, por mucho que se les fuerce como una salida a la situación actual, por mucho que se les ofrezca dinero, ayuda, o incluso espacios, equipamiento, becas, viajes, etc., sino cumplen con todo lo anterior, todo lo que se les facilite será solo para pasar el día, el mes, el año, y más antes que después, terminaran quejándose porque “el sistema” no les ayuda, porque “no hay nada que rascar”, porque aquí “no hay apoyo”, etc.

Esta semana he sido testigo de cómo algunos personajes frustrados y muy acomodados en sus “contratos fijos”, se han desesperado e intentado torpedear a uno de mis más grandes amigos, sin justificación, amparados en cláusulas que aplican solo en un mundo sectario y haciendo gala de su incapacidad para valorar lo que son incapaces de conseguir por si mismos. Señores, quedaros tranquilos, sed felices, disfrutad de vuestra estabilidad (al menos durante el tiempo que os dure), es comprensible y justificable que cualquier persona que os pueda hacer ver que no habéis hecho nada con vuestras vidas (y que ya no estáis a tiempo, no os engañéis), os resulte molesto, lo entiendo, es natural… pero no os preocupéis, el status quo en el que vivís se mantendrá tal cual, tranquilos, y sinceramente os agradeceré en el alma el aporte que hacéis a mi empresa, porque este “fuera de serie” ya lleva mucho tiempo ahí desperdiciado, y a mi me hace falta.

No es un pecado el no tener ambiciones de empresario, no es un fallo no ser o no querer ser un emprendedor, para nada… de hecho, es muy encomiable la labor que los empleados ejercen por las empresas, yo mismo lo he sido la mayor parte de mi vida laboral y siempre he querido aportar más de lo que mi empresa de turno estaba dispuesta a hacer… ya sea porque no lo entendían, porque no lo querían entender, porque simbolizaba mucho trabajo, porque más fácil es seguir como estas, porque tienes encima al típico jefesaurio o porque simplemente tienes, y esto tampoco es pecado, una visión más amplia que el resto de compañeros, es natural… no a todos les gusta pasarlo mal y sacrificarse de manera extrema, para nadie es un secreto que se vive mejor con un buen sueldo, un contrato fijo, vacaciones y demás, es respetable al 100% ese estilo, esa opción, pero para quienes no tenemos esa vena, es más desesperante la seguridad y la estabilidad, que la misma crisis o la posibilidad de vernos un día “sin nada” más que nuestro talento, sencillamente es así.

El problema no radica en ser o no ser emprendedor, el problema, el motivo de este post, radica en aquellos individuos que no están contentos con su trabajo, que les incomodan los que saben, porque lo saben, que llegarán más lejos que ellos y que no hay manera de detenerles, y que por ello, lo único que quieren es entorpecer el camino, causar fastidio, acosar, fastidiar, incomodar, trasladar sus frustraciones y canjearlas por ese segundo en el que con satisfacción llegan a sentir “le estoy jodiendo, yo soy el jefe”.

Señores, incluso la empresa para la que hoy no sois más que “parte del inventario”, se formó por el tesón de uno, dos, tres, o “n” emprendedores, gente con valores diferentes, gente que tiene otro nivel, gente como ya he dicho, de otra pasta. Así que por favor, ¡un poco de respeto!.

Si tienes un “empleado” que despunta, que destaca, que tiene más inquietudes, que es mejor que el resto, poténcialo, no le pongas zancadillas, apóyale, que lo mismo y mañana puede ser la solución a tus problemas, el que le de a tu empresa ese “halo” de profesionalidad, de diferencia, aquel que de una sola llamada te pueda conseguir lo que te hace falta para no “reventar”. Ahora bien, si este talento es parte de una empresa colaboradora, aprovecha el tiron, no busques situaciones absurdas, que mañana puedes estar enviado el CV y querrás respeto para tu persona.

Por mi parte, no tengo más que agregar a este post, creo que he dejado claro mi punto de vista y al final, la actitud hace la diferencia, esta claro.

Ala, el que puede, puede, y el que no, aplaude!…ahora os quiero ver, valientes!

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